El Rol del Psicopedagogo en los Grupos Operativos: Una Mirada Práctica

Estimados futuros profesionales, es un verdadero placer recibirlos hoy en este espacio de reflexión, donde exploraremos una de las intersecciones más ricas y dinámicas de la Psicología Social: el invaluable aporte del psicopedagogo en el seno de los Grupos Operativos. Si están considerando una carrera que les permita comprender profundamente los procesos humanos y transformarlos, la obra de Enrique Pichon-Rivière les ofrecerá un marco conceptual y práctico extraordinario.

Para comenzar, permítanme recordarles la esencia del Grupo Operativo, una herramienta central en la concepción pichoniana. Concebimos al grupo como un conjunto de personas interrelacionadas, nucleadas por una *tarea* explícita –un objetivo común–, pero también atravesadas por una *tarea implícita*, es decir, las ansiedades, resistencias y fantasías que emergen al intentar llevar a cabo ese objetivo. El propósito fundamental es el *aprendizaje* y la *adaptación activa a la realidad*, donde cada miembro y el grupo en su conjunto, a través de la interacción y la confrontación de puntos de vista, elaboran y resuelven obstáculos para alcanzar un conocimiento más profundo de sí mismos y de la realidad.

Aquí es donde la figura del psicopedagogo adquiere una relevancia ineludible. Ustedes, como futuros profesionales, se enfocarían en desentrañar las complejas tramas del *aprendizaje* dentro del grupo. No solo el aprendizaje de contenidos, sino el «aprender a aprender», el proceso mismo por el cual un individuo y un grupo asumen, elaboran y superan los obstáculos inherentes a toda nueva adquisición de conocimiento o cambio de perspectiva.

Piénsenlo de esta manera: en un Grupo Operativo, la resistencia al cambio, el miedo a la pérdida de lo conocido (*miedo a la pérdida*) y la angustia ante lo nuevo (*miedo al ataque*) son fenómenos recurrentes. Estos miedos no solo afectan la cohesión del grupo, sino que impactan directamente en la capacidad de sus integrantes para asimilar nueva información, cuestionar sus propios *Esquemas Conceptuales, Referenciales y Operativos* (ECROs) y transformarse.

El psicopedagogo, armado con su propio ECRO específico, tiene la capacidad de observar y analizar cómo se manifiestan estas ansiedades en el proceso de aprendizaje grupal. ¿Cuáles son los bloqueos epistemológicos? ¿Qué patrones de interacción obstaculizan la comprensión mutua? ¿Cómo los saberes previos, o la historia de aprendizaje de cada miembro (*verticalidad*), se encuentran y chocan con la dinámica presente del grupo (*horizontalidad*)? Su mirada aguda puede identificar al *portavoz* de una dificultad de aprendizaje grupal, es decir, aquel miembro que, sin saberlo, verbaliza o actúa la ansiedad latente del conjunto frente a un nuevo conocimiento o un cambio de paradigma.

Su rol no es el de un maestro que «enseña» en el sentido tradicional, sino el de un facilitador, un co-observador que, junto al coordinador del grupo, ilumina los procesos de aprendizaje y desaprendizaje. Ustedes ayudarán al grupo a hacer consciente su propia metodología de aprendizaje, a identificar las defensas que levantan frente a lo desconocido, a reconocer la resistencia a incorporar perspectivas diferentes. Al visibilizar estas dinámicas, el psicopedagogo potencia la capacidad del grupo para elaborar sus conflictos y avanzar en la *tarea*.

La especificidad de su intervención radica en la lectura de los fenómenos grupales desde la perspectiva del proceso de aprehensión de la realidad. ¿Cómo se construye el *vínculo* con el saber? ¿Qué implicaciones tienen las fantasías grupales sobre el proceso de enseñanza-aprendizaje? Al intervenir, ustedes promueven una reflexión metacognitiva, que permite al grupo no solo resolver su tarea, sino también aprender de la manera en que la resuelve. Esto es esencial para lograr una verdadera *adaptación activa*, donde el grupo no solo se ajusta a las circunstancias, sino que las transforma.

Ser psicopedagogo en el marco de los Grupos Operativos es una invitación a ser un agente de cambio profundo, a desentrañar los nudos del aprendizaje y a potenciar el desarrollo humano en diversos contextos: educativos, comunitarios, organizacionales. Es una profesión que exige sensibilidad, rigor conceptual y un compromiso ético con la transformación. Si sienten la vocación de acompañar a individuos y grupos en sus caminos de conocimiento y crecimiento, la Psicología Social pichoniana les brindará las herramientas para hacerlo de una manera práctica y profundamente significativa. Les animo a explorar este apasionante campo.

Información sobre las inscripciones
Iniciar una Conversación
¡Hola! Haga clic en uno de nuestros miembros a continuación para chatear en WhatsApp
Normalmente respondemos en pocos minutos